Querido yo...

No sé porque no me permito amarme como si acaso fuera un castigo catastrófico y extremadamente trágico.

No encuentra las razones adecuadas para quererme, tal vez sea mi culpa.

Pero como si de un cumplido se tratara, tal vez el odio que me tengo sea una maldita venganza.

Una venganza contra lo que he hecho, lo que hago y lo que haré.

Y, ya no recuerdo quien soy en este punto del camino... Me siento molesto, solo y confundido. Triste, amargo y odiado. Detestable, frío y muerto.

Pero lo que más añoro es tu perdón... Nuestro perdón.

Me dedico este libro a mi mismo.

(El objetivo de este libro es, decirme a mí mismo todo lo que siento, todo lo que me he guardado, y no seguir sintiéndome como si tuviera mi cerebro y alma dividida en dos, y me odia, y la otra soy yo. Se que suena algo psicológicamente inestable, pero realmente necesito esto. Y parte de lo que había escrito, serán cosas que a veces quiero decirles a sientar personas o trasmitirles lo que siento por ellos. Gracias por leer.)