La inconfundible sirena de la ambulancia y de los bomberos se hacía paso entre las calles llamando la atención de los transeúntes hacia el espectáculo que se estaba presentando en la ciudad,mientras las llamas ardían y consumían a las personas con la desgracia de estar allí en el lugar y en el momento inadecuado, calcinando sus huesos hasta dejarlos sin nada a la vez que gritos desesperados se hacían presentes buscando ayuda a como de lugar,ayuda la cual llegó tarde...
Sin embargo,se desconoce el perpetrador.
Hasta el día de hoy.