-¿Estas seguro que no quieres quedarte en mi casa?- Le pregunté. No quiero que ese hombre lo golpee de nuevo. -Esta bien, tranquilo.- Odio verlo así de inseguro. -No tienes que volver, ¿Y si te golpean de nuevo?- Él solo me miró y me sonrió. -En ese caso...- Abrazó mi cuello y yo, casi como una acción involuntaria, abracé su cintura.- Por favor, protégeme.All Rights Reserved