-Tengo miedo, Tobi... -Le miré esperando, lo más seguro una respuesta negativa, pero en vez de eso me dedicó una sonrisa dulce, una de las que pocas veces me daba. - No te retires ahora, mi hermoso ángel. -Dicho esto ví como salía de la cobertura del coche tumbado donde nos protegíamos de los policías que nos rodeaban. - ¡Levanta las manos! ¡Tira el arma! -¿Ésta? - Levanta las manos y señala divertido el arma, con la cabeza, segundos después niega con esta. - ¡¡Tira el arma!! Los nervios crecieron en mi interior, me iban carcomiendo. Cerré los ojos y me tapé los oídos. Grité. Y Sonó un disparo.