Ella pasa todas las mañanas tragando libros en la biblioteca. Yo las paso allí intentando aprobar matemáticas, hasta que la descubrí. Allí, mordiéndose el labio nerviosa por su lectura... ¿Cómo nunca antes la había visto? El problema es que ella está demasiado ocupada en su mundo literario como para fijarse en la gente, o darse cuenta de que alguien se fija en ella. ¡Que alguien se fija en ella! Estoy segura de que nunca nadie antes le había echado una mirada, era como invisible. Pero no para mí...