Mente lobuna

Introducción.
Llevaba una semana con aquel aspecto. Mi cuerpo perfecto de una chica de 17 años había cambiado hasta adoptar la forma de una enorme loba, con su hocico, orejas peludas y afilados colmillos. Ya no he vuelto a comer verdura, ahora mi estómago solo admite carne y ha de ser cruda, sino la vomito. Por las noches ya no duermo, me las paso aullando o cazando. Por alguna razón cuando me encuentro un perro o lobo tengo la manía de olfatear su trasero después de alzarle la cola con mi hocico, puede que eso sea la manera de saludo de los caninos. No lo sé. Soy nueva en esto y aún me queda mucho por aprender. Además, he de hablaros que una pequeña luz redonda revolotea a mi alrededor. Esta tiene la forma de una joven pero de estaturas pequeñas. Es hermosa y sus alas se mueven igual de rápido que mi corazón al verla. Esta hadita ha decidido de ayudarme en mi camino lobuno desconocido aún para mí.
Esta es nuestra historia...