Todos tenemos una vida, pero ninguno vivimos la misma... Me pregunto que se sentirá cuando la suerte llama a tu puerta para darte una pizca de alegría en este mundo tan cruel... Al señor Albert, un hombre de 45 años, nunca le ha faltado de nada; tiene dindero una casa confortable, el trabajo de sus sueños... Y a pesar de todo al igual que unos pocos, no se ha dejado llevar por la avaricia, sino que ha decidido darse a los demás con un único propósito, aprender a vivir. "Todo el que vive entre las paredes de la alegría está tirando su vida por la borda, pues no es mas feliz el que mas tiene, sino el que menos quiere" - Ana del CastilloAll Rights Reserved
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