La vida infinita es muchas veces abrumadora; no todo son fiestas y juventud perpetua, Magnus Bane lo sabia mejor que nadie, y justo cuando la inmensidad de su inmortalidad se le estaba viniendo encima como una enfermedad aplastante, unos inusuales clientes tocaron a su puerta. El precioso chico de los ojos azules entre ellos. Brujos y cazadores de sombras no suelen llevarse bien, pero Magnus esta dispuesto a hacer una excepción cuando se da cuenta de que ese chico alto de cabello oscuro es quien va a quitarle su soledad. A cambio de que él cumpla con su trabajo. Encontrar un factor alterado en la mente de Alec Lightwood no era para nada difícil comparado con lo complicado que seria conquistarlo. Al menos Magnus tenia las cartas a su favor, y podría conocerlo de la manera mas sencilla posible. Ingresando a su mente. Podría conocerlo desde su interior.