Furiosa con sus padres por obligarla a mudarse a España, Ayelén está decidida a no adaptarse ni a hacer amigos. Solo quiere volver a la Argentina. Hasta que un día es testigo de una extraña apuesta: dos compañeros, uno madrileño y el otro colombiano, acuerdan intercambiar sus vidas. Y lo que empieza como un juego inocente acaba por arrastrarlos a todos por un peligroso camino.