"Guillermo Díaz, estudiante de 20 años. Fallecido por ahorcamiento voluntario en su apartamento del centro de Madrid". Se dice que las personas buenas van al cielo, y las que han hecho crueldades al infierno. Y los suicidas, no van a ninguno de los dos, pues el suicidio es el pecado más grande que una persona puede cometer. Samuel De Luque nunca se imaginó que viviría lo que a sus veintisiete iba a vivir, solo por entrar a esa fría casa. La número 7.