Amber sentía mucha picazón en el cuerpo, varias hormigas se le subían en el cuerpo y las ramas pinchaban sus partes descubiertas de piel, sus pies se sentían agotados de tanto estar de cuclillas y sus ojos dolían por fruncir mucho el ceño cada vez que un rayo de sol la atacaba. Pero, para ella, todo ese sufrimiento valía la pela.