-Te odio. -Me amas, estúpida. -Cuando me pediste la oportunidad, me la pensé -aventó sin previo aviso-. Pero ya no estaba dispuesta a quererte. - ¡Admite que logre que me quisieras! -grité seguido por un eructo. -Lo admito, te quiero, como alguien que alguna vez amé. -asintió - ¿No te duele ni un poquito hacerme mierda? -Siempre lo he disfrutado a decir verdad. -Ah sí, lo olvidaba -oí la voz de César en su habitación-. Veo que estás con César, te dejo para que te siga follando. - ¡Muchas gracias! -Ojalá se te escape mi nombre entre gemidos mientras te coge -dije con mi ebria risa. - ¡Cállate estúpido! - ¡¿O sea que ya te pasó?! -solté acompañado de risas y todo el ruido del bar en el que estaba. -Te odio. -Me amas, estúpida. -Te odio, Dante. -Si me odiaras jamás habrías respondido. Dicho eso colgué el teléfono y me dispuse a seguir bebiendo. Hasta que se acabara mi dolor o el ron. Lo que ocurriera primero.
10 parts