La historia detrás de una ilusión

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Después de una difícil recuperación donde Albert, mi prometido en ese entonces, fallece en un inesperado 23 de diciembre, a tan sólo cuatro meses antes de nuestra boda; debo considerar que mi suerte no cambiaba ni un ápice, sin proponérmelo el amor no era un tema muy fácil de tratar, al menos para mí, la idea no me inquietaba tanto hasta que conocí a Terruce, sin darme cuenta me había enamorado pérdidamente de él.

Sin imaginármelo, Terruce era la persona que necesitaba justo en ese momento, con la cual aprendí a disfrutar de los placeres de la vida, sin ataduras, sin miedos y con una total responsabilidad de mis actos; además tenía a favor la experiencia de él y una excepcional madurez forzada en la que se me permitía ser libre sin descuidarme a pesar de mis ataduras familiares. Felizmente, Terruce me llevaba los mismos ocho años que compartí con Albert, esos ocho años harían la diferencia entre mi pasado, mi vida a su lado y lo que me deparaba el futuro.