Valen: ya no sé que hacer
Ever: con qué, mi amor?
Valen: con mis padres
Ever: qué pasa con ellos?
Valen: no nos quieren juntos, sabes que desde hace generaciones nuestras familias se odian
Ever: no voy a dejar que nos separen, no me importan tus padres, ni los míos, ni todas esas generaciones, quiero estar contigo y casarme contigo
Valen: hay un problema, amor
Ever: qué pasa?
Valen: me mudo
Ever: adónde?
Valen: a Argentina (él estaba en completo shock) no nos quieren juntos, nos vamos mañana a la noche
Ever: no! No lo voy a permitir!
Valen: quiero pasar la noche contigo, amame por última vez
Y eso es lo que pasó. Está de más comentar qué fue lo que ocurrió esa noche, se amaron como nunca antes hasta el amanecer, pero ella decidió irse a su casa para no levantar sospechas.
Esa misma tarde en el aeropuerto de Génova, Italia, Valentina y su familia iban camino a abordar el avión cuando Ever corría hacia ella gritando su nombre.
Ever: por favor! No te vayas!
Valen: amor! (se separó de sus padres y corrió al encuentro de su amado que lo sujetaban dos guardias de seguridad)
Ever: te amo (abrazándola), te amo con toda mi alma
Valen: yo también te amo, mi amor, siempre te recordaré
Joaquín: Valentina, vamos (la tomó del brazo alejándola de Ever y la
llevó directo al avión)
Desde ese día, Valentina Ceteroni no tuvo más comunicación con el amor de su vida, tampoco supo nada de él para decirle que estaba embarazada.
El problema fue que a Valen le diagnosticaron que tenía problemas del corazón, por lo que, a los nueve meses de embarazo, durante el parto no resistió como ella había pensado y murió dando a luz a su única hija.
Antes de morir, habló con su abogado para que le dijera a Ever sobre su hija, que la buscara y se haga cargo de ella.
La niña había quedado a cargo de su tía, pero ésta nunca le prestó atención por lo que la nena quedó con el servicio social de la República Argentina.
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