Cuando Domingo consiguió, tras mucho trabajo, su fin de semana de vacaciones anual, nunca pensó que le llevaría a un viaje de lo más irreverente por realidades propias de una mente con claros síntomas de esquizofrenia aguda.
Una radio con personalidad propia, un coche que funciona de milagro y que viaja entre planos a cada cual más absurdo. Una epopeya de proporciones domingueras por un universo sin pies ni cabeza harán que, para Domingo, éstas sean unas vacaciones para el recuerdo.