La historia - y sólo la historia - enseña que se puede hacer frente a la tragedia de vivir en un mundo devastado, con un arma distinta a la del resto de los animales; la cultura.
Es por eso, que aun cuando la tierra tembló y se quebró, aun cuando de los cielos ya no manaba agua dulce, pura y sólo había sequía y muerte, aun cuando los campos dejaron de ser fértiles para la siembra, aun cuando el aire se volvió tan tóxico y mortal, y aun que la vida como la conocía el hombre "civilizado" llegó a su fin y surgió de nuevo ese ser de mente tan primitiva que veía todo tan hostil, fue el auge, el nacimiento de una nueva especie; los Snikars.