Resulta que para Danielle la vida es realmente injusta, y no por que sea una adolescente en pleno apogeo de esta etapa, sino que con tan solo 16 años debe cargar con una verdad que cambiara su vida para siempre. Considero muy prudente mencionar que ella no sabía nada de esto, y que hasta el momento de enterarse de la verdad, lo más estresante, trágico y doloroso, había sido la muerte de sus padres. Sin embargo, resultó que la profecía, las mentiras y las verdades que formarán parte de esta historia, serán mucho más pesadas.
¿Qué puede ser peor que morir?
Pues reencarnar en el cuerpo de la villana de la última novela que leí.
Renací como Meredith, la hija bastarda del Duque Bausteros, que es odiada por los protagonistas masculinos por atormentar a la protagonista principal, Enma. Y que al final es decapitada por secuestrar y torturar por dos meses a la protagonista.
Y yo que creía que morir de un disparo en la cabeza por la persona que más confiaba no era suficiente castigo, ahora debo sobrevivir a la mala trama de un libro de cuarta.
Maldita sea.