"Ya no recuerdo la sensación de despertar en mi cama dentro de mi habitación, y no en una antigua base militar que ahora sirve de base para mis camaradas. Ya no recuerdo cómo era vivir sin paranoia, sin cuidarme las espaldas de una sombra que a veces es solo eso, y a veces es algo real. No puedo volver a mi hogar sin poner en peligro a mi familia. No puedo volver a mi vida.
Ahora vivo en las sombras. Ahora soy un guardián, un vigilante en la noche bajo la atenta mirada de la luna. Soy un cazador, acechando desde la oscuridad de las calles en busca del desgraciado que me arrebató todo lo que amé. Ahora soy yo quien tiene que pagar el precio de una guerra que nunca busqué y que hice mía. Y no me rendiré hasta terminarla, o hasta morir. No puedo volver al pasado. No puedo volver...»
Marina Suárez sólo tiene quince años, no es una adulta capaz de empuñar un arma, pero se ve obligada a hacerlo para vengar la vida terrible y dolorosa que le han dejado. Sus amigos fueron secuestrados, las familias de todos ellos puestas en peligro, un sistema corrupto y decadente que se niega a ayudarlos... Tendrá que aceptar que nadie más los sacará de ese abismo si no es ella, tendrá que tomar todo su odio, valor y coraje para volverse el símbolo de su pueblo, de su nación, de su cultura, tendrá que ser el jaguar de sus ancestros. Tendrá que ser el Balam...
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En un mundo donde la venganza y el rencor pueden consumirnos, hay historias que nos recuerdan que incluso en las circunstancias más oscuras, el amor puede florecer.