Desafortunadamente, su único amigo en ese lugar se encontraba fuera de la ciudad, debía cumplir unos encargos y estaría de vuelta mañana. Necesitaba hablar con alguien respecto a aquella tarde, que dicho sea de paso, no terminó de la mejor forma. Quizá no era una buena idea acercarse mucho Dalia. Quizá le traería problemas a ambos, pero había algo que se lo iba a impedir: el día de hoy, el rubio supo que esa niña o mujer, o ambas, significaban algo más que un simple deber, y aunque no estaba seguro de qué se trataba, ya era hora de comenzar a averiguarlo.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...