Desafortunadamente, su único amigo en ese lugar se encontraba fuera de la ciudad, debía cumplir unos encargos y estaría de vuelta mañana. Necesitaba hablar con alguien respecto a aquella tarde, que dicho sea de paso, no terminó de la mejor forma. Quizá no era una buena idea acercarse mucho Dalia. Quizá le traería problemas a ambos, pero había algo que se lo iba a impedir: el día de hoy, el rubio supo que esa niña o mujer, o ambas, significaban algo más que un simple deber, y aunque no estaba seguro de qué se trataba, ya era hora de comenzar a averiguarlo.