En las veredas lejanas del mundo, con un estruendoso canto circula el azul profundo de un río de corrientes indomables de presentes no vividos, que se arremolinan bordeando rocas, besando apasionadamente sus riberas, nutriendo los musgos agazapados a la tierra de un lugar conocido como la selva Yumiux. Allí dos gotas azules de extraño fulgor, temblando o vibrando, reflejan y proyectan luces multicolores jugando con un rayo de Sol, que a duras penas, corta la espesura matizada de la selva y se abre camino por el verde y la niebla. Y lo que se ve como impulsos danzarines de luz, aparentemente caprichosos e intermitentes, son en realidad sonidos entrelazados de una lengua olvidada por casi todos, palabras guiadas por el ritmo de una música sutil que solo el corazón, amo de todos los lenguajes, es capaz de componer y por ende de comprender, palabras que son las notas de una melodía silenciosa que se va dejando escuchar para fortuna y deleite del que esté atento. -Padre, ¿es en este lugar?
4 parts