Este cuento es la idea de una muerte que nos hace renacer, o de la contemplación de la vida a través de una experiencia con su propio fin. Una narcosis que a todas luces termina por la fuerza en un despertar, pero que no conforme con ello, contempla con nostalgia la posibilidad de que, quizás algunas veces, vivimos más cuando estamos en un estado onírico que al salir de "paseo" a ese lugar que llamamos con algo de resignación "el mundo"