Una de las cosas más desalentadoras en la vida es sin duda el amor fallido. Cualquiera que sea la razón por la que falle nos llevará a sentir un enorme vacío en el alma, quitándonos incluso las ganas de volver a intentar. Pero, ¿rendirse cuenta como amor verdadero?, el amor verdadero debería superarlo todo ¿no?...
Definitiva, completa, plena, absoluta, total, decidida, entera e íntegramente complicado es el amor, y seguro no sucederá si no somos positivos.
Eren y Levi se encontraron, se amaron y se perdieron... pero el optimismo de uno de ellos les llevará a reencontrarse nuevamente y, aunque Levi se negará rotundamente a aceptar lo que Eren asegura es la verdad, puede que, si no se rinde, obtenga eso que no quiere perder, el amor. Porque, aunque Levi no lo recuerde, lo que hay entre ellos es POSITIVAMENTE AMOR.
¿Obsesión con los "mente"?, tal vez... disfruten leerme hermosuras.
El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y pauta como se le ha indicado. Un pueblo donde no se recibe con mucha gracia a los recién llegados así que cuando Los Steins se mudan a su lado, Leigh no puede evitar sentir curiosidad.
Los Steins son adinerados, misteriosos y muy elegantes. Lucen como el retrato perfecto de una familia, pero ¿Lo son? ¿Qué se esconde detrás de tanta perfección? Y cuando la muerte comienza a merodear el pueblo, todos no pueden evitar preguntarse si tiene algo que ver con los nuevos miembros de la comunidad.
Leigh es la única que puede indagar para descubrir la verdad, ella es la única que puede acercarse al hijo mayor de la familia, el infame, arrogante, y frío Heist.