Alejandro nunca fue una persona que aceptase las cosas tal y como eran. Como policía forense, debía esmerarse en tratar de arreglar y solucionar lo que se le pusiera por delante, pero su familia era algo contra lo que no podía luchar. Así pues, en las navidades de 1990, después de varios años en los que se repudió a su esposa lituana, Sofija, deciden embarcarse en una nueva aventura con destino Vilnius, capital de Lituania. Aunque Alejandro ya sabía que en el país báltico nevaba seis meses al año y durante este tiempo anochecía a las cuatro de la tarde, no fue capaz de imaginar los crueles y viscerales asesinatos que un psicópata le pondría delante. En esta novela, Alejandro relata en su retiro todo lo que vivió durante los dos años, que le cambiarían la vida, y también acabarían con ella.