Cuando Harry Styles abrió la puerta no pudo evitar fijarse en los increíbles ojos, la sensual boca, y el maravilloso cuerpo de su visitante. Tampoco pudo evitar ver... ¡que estaba loca! Su nueva vecina, una excitante castaña, lo acusaba de destrozar a su amiga, y juraba que se le acabarían los ligues... ¡ella misma los espantaría!