El cielo siempre ha sido un misterio para los humanos. Miran hacia las estrellas con anhelo, buscando respuestas, soñando con lo que hay más allá de sus vidas mortales. Pero las estrellas no solo son puntos de luz, lejanas y brillantes. Tienen secretos, almas latentes que arden en su núcleo, poderosas, inmortales. Y de una de esas estrellas... nací yo.
No tengo recuerdos de mi origen. Todo lo que sé es que mi madre me encontró en una noche oscura, envuelta en luz y cenizas, llorando como un recién nacido común. Me crió como a una niña más, en un pequeño pueblo donde nadie miraba al cielo con demasiada atención. Pero siempre sentí algo diferente, como si mi piel estuviera hecha de fuego estelar, y mi corazón latiera en armonía con las constelaciones.
A los 22 años, conocí a alguien. Él. El único humano que podía hacerme sentir tanto poder como fragilidad al mismo tiempo. Su tacto me despertaba deseos que no había conocido, y su voz tenía la capacidad de calmar el caos dentro de mí. Pero con el deseo, vino el peligro. Las estrellas comenzaron a apagarse una por una, como si su luz fuera succionada por una fuerza invisible, y su muerte resonaba en mi interior como un eco ensordecedor.
Las estrellas me hablaban. Me contaban que él no era solo un hombre. Era algo más... algo que venía a destruirlas, a destruirme. Y aún así, mi cuerpo y alma ansiaban el calor de sus labios, aunque supiera que cada beso me acercaba a mi propia extinción.
Y ahora, en este momento, entre la verdad y el deseo, debo decidir. ¿Le seguiré amando, aunque eso signifique el fin de todas las estrellas? ¿O sacrificaré mi corazón para salvar el cosmos?
[LIBRO 1]
No respires cerca de él.
No lo mires a los ojos.
No le preguntes por su collar.
No busques las razones.
Es él, la imagen de la perfección manchada en sangre.
Tu sangre.
Obra original, todos los derechos reservados.