Entonces estaba ahí, sentado al respaldar de mi cama, con los audífonos puestos y escuchando las mismas canciones que me recuerdan a ti y a todos... Una y otra vez. Pero no te preocupes por mí, cariño. Todo está bien, siempre lo está. Tu sigue viviendo tu vida que yo trato de sobrevivir con la mía.