Una agitada persecución automovilística está transcurriendo sobre una desolada e interminable carretera, los chillidos de los neumáticos, las profusas respiraciones ansiosas y los gritos desesperados no llegan a las oídos de la sociedad. Los tres sujetos involucrados se las arreglarán por sí solos para librarse de ellos mismos, intercambiando de roles tanto voluntaria como involuntariamente, quedando todo atestiguado únicamente bajo la vigilancia perpetua del asfalto negro que van pisando.