El Dulce Sabor de la Perversión (En edición)

"Un deseo ardiente se apoderó de mí, inundando cada fibra de mi ser con el irresistible aroma de su sangre. En mi mente, podía saborear cada gota de ese elixir vital, anticipando el éxtasis al sentirlo deslizarse por mi garganta. El ritmo de su respiración, los gemidos ahogados que escapaban de su garganta, mezclados con el dolor y el placer, se convirtieron en mi sinfonía favorita. Fue entonces, en ese torbellino de sensaciones, que me di cuenta de que el deseo por su sangre había eclipsado mi amor por ella, dejándome perdido en un abismo de conflicto y anhelo"

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Pásenla rico.