"Era un cabro rubio y alto, con lentes gruesos y un terno bañado en chapitas con la palabra "SÍ" en ellas. Iba de la mano con una mina muy parecida a él. Estaban muertos de la risa, ignorando a las personas furiosas que les gritaban, tan entretenido que no se dio cuenta que chocó conmigo. El impacto me agarró con fuerza, dejándome en el suelo, y estaba listo para gritarle alguna cosa cuando paró de correr y se volteó, mirándome mientras mi hermana me levantaba y me limpiaba la tierra del blue-jean. -¡Perdóname!- gritó, siendo arrastrado por la niña. Yo no atiné a decir nada. " Uno es Manuel. El otro es Guillermo.