- ¡No dejaré que seas feliz con él! no puedo creer que estes haciéndome esto - Su mirada estaba cargada de resentimiento. - Fuiste tu quien se lo cargo todo ¿lo has olvidado? - Grité furiosa. Lo que él había hecho no tenía perdón. Sus ojos me miraron con cautela, sabía que su mente estaba buscando las palabras adecuadas para contestar, pero no las tenía, simplemente porque no las había.