Para Isabelle su vida siempre fue aburrida a partir que dejo su querida capital para mudarse a Venecia; ella nunca pensó en que una pequeña ciudad se convertiría en un tormento al tener un nuevo empleo como periodista donde apenas con pocos días de comenzar a trabajar tiene que lidiar con el carácter de su compañero de trabajo Linus, él editor del periódico nacional. Él y ella son como el agua y el aceite, no sé soportan ni para pensar en verse en pintura pero llega un momento en que la vida se cruza entre ambos haciendo que ellos tengan que cambiar de planes y verse vistos en una nueva situación, donde Isabelle conoce la nueva faceta de Linus y comprende que la vida esta llena de sorpresas y más cuando alguien se oculta y refugia de su pasado.