Por séptima vez en el día me dejaron en mi celda para si al fin poder descansar. Mi cabeza daba vueltas. Ya no sabía cuántos hombres habían estado conmigo en sólo este día, apenas me di cuenta que estaba en mi fría celda por el húmedo piso y el característico olor a muerte. No podía recordar cuando había llegado aquí, se como, pero había perdido la cuenta a los dos años y tres meses que me encontraba aquí. Ellos me habían atrapado, era usado como una muñeca, un juguete sexual y estaba seguro que ya no había como escapar. Este asqueroso e inmundo lugar no tenía escapatoria y de sus manos no hay salida. --------------------- Atención Esta es una historia con contenido fuerte que muestran en pequeño porcentaje la realidad que pasa en la vida real.