Destrozada, sin ganas de vivir, cabreada, triste, enfadada, frustrada… Quería desaparecer, deshacerme, ahogarme en mis lágrimas, morir. Todo lo que llevaba esperando, todo lo que había hecho para conseguirlo, todo lo que había sufrido, toda la felicidad acumulada, todos los nervios, las ganas, todas las veces que había llorado. Todo se había ido a la mierda, ya no tenía esperanzas.
<< Lo siento chica, pero creo que esa entrada es falsa. Tendrás que quedarte fuera. >> Esas palabras se me habían quedado en la cabeza. No podía creérmelo. Era demasiado irreal. Mi sueño, mi razón de sonreír todos los días, mi razón de levantarme. Mi razón de vivir.