En cuanto lo vi entrar por aquella puerta supe que desde ese mismo instante iba a ser mi perdición. Lo detestaba, pero algo dentro de mí me decía que tenía que acercarme a él aunque sabía que no debía hacerlo ya que me traería problemas. Sus tatuajes y sus piercings me daban asco, pero a medida que pasaba el tiempo empezaban a gustarme más y más hasta que me volví adicta a ellos y a él. Sabía que bajo esa faceta de chico malo había algo mas, pero, ¿Me dejará llegar hasta ese punto? Una historia nunca vista y prometedora, que va a dar de sí hasta tal punto de obsesionarte. Sí, OBSESIÓN.All Rights Reserved
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