Escribir con el corazón roto era lo que más la inspiraba, sintiendo ese arrollador dolor el pecho y conteniendo sus lágrimas que, muy a su pesar, sabía que acabarían saliendo de sus ojos. Cuánto tiempo llevaba ya prometiéndose a sí misma y a sus seres queridos que pasaría página. El chico en cuestión era un caso perdido, demasiado serio en ocasiones, demasiado gracioso en otras, capaz de hacerte feliz a ratos, el causante de hacerte sentir mal a diario. Él era un chico fuera de serie, para los demás era un chico normal y corriente pero para María era más que eso, él lo era todo, sus bromas pesadas, sus chistes malos y su cara cuando se alteraba por culpa de ella. Él era el causante de su dolor y, sin embargo, era tan adicta a él que era imposible sobrevivir sin sus insultos y tonterías varias. María le había dicho lo que sentía y él simplemente se preocupó sobre el por qué estaba bloqueado, mas ignoró el hecho de que ella le había dado lo más valioso que tenía: su corazón.
Arodmy Darotski, no se enamora él se obsesiona. Su pensamiento siempre fue no perder el tiempo con crías menores que él, seres inexpertos como suele llamarlas.
Pero todo cambia cuando conoce a su dulce y tierna empleada quien poco a poco se ganar á su confianza convirtiéndose en su gerente general.
Loliery es todo lo contario, dulce e inocente.
El destino los unió y Arodmy se obsesionó.