Lo que más le dolió a Esteban aquella noche cuando María le pidió el divorcio frente a sus hijos era que al parecer lo hacía para irse con otro... con Gerardo Salgado, o al menos eso era lo que él sentía. Y eso era algo que lo endemoniaba, pues no soportaba la idea de ver a su mujer con alguien más. Unos celos que no podía controlar lo carcomían. María era suya y de nadie más. Capítulo Único