No es la típica novela de un amor, donde todo es felicidad y coincidencias, realmente tiene mucha historia escondida en la sombra del rincón mas profundo de sus recuerdos...
- Tranquila, tranquila... -le digo mientras la sujeto por los hombros- Mírame... por favor.
Ella levanta la mirada y al fin me ve con esos hermosos ojos oscuros, aun esta temblando.
- No. -susurra- No, no, no debo hablar contigo, el se enojará. -dice rápidamente, sigue intranquila.
- El no nos hará nada, -la calmo un poco- solo dime tu nombre... Por favor. -le ruego.
- Lia..., Lia Salth. -esto debe ser una puta broma. Puedo sentir como mi corazón esta a punto de detenerse, me he quedado sin aire.- ¿En serio ya no te acuerdas de mi? -me sonríe tristemente.
¡NO! ¡NO! ¡NOO! ¡¿COMO PUDE HACERLES ESTO?!
Katherine Fetther. Una chica que llevaba una vida normal, hasta que un acontecimiento tan insignificante le provocó unas pesadillas horrendas.
Pero también estas son la clave para descubrir algo muy importante para ella.
A veces es mejor saber que pasó, en lugar de vivir engañada.
"Me siento capaz de reírme de mis propias miserias, en lugar de revolcarme en el dolor del fracaso irrevocable".
El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y pauta como se le ha indicado. Un pueblo donde no se recibe con mucha gracia a los recién llegados así que cuando Los Steins se mudan a su lado, Leigh no puede evitar sentir curiosidad.
Los Steins son adinerados, misteriosos y muy elegantes. Lucen como el retrato perfecto de una familia, pero ¿Lo son? ¿Qué se esconde detrás de tanta perfección? Y cuando la muerte comienza a merodear el pueblo, todos no pueden evitar preguntarse si tiene algo que ver con los nuevos miembros de la comunidad.
Leigh es la única que puede indagar para descubrir la verdad, ella es la única que puede acercarse al hijo mayor de la familia, el infame, arrogante, y frío Heist.