Las leyendas que salen de la boca del señor Gallagher resultan especialmente aterradoras. Historias llenas de sangre y pecado. Historias con asesinos y monstruos, con animales salvajes y restos humanos. Ese tipo de leyendas que se usan para que los niños no duerman, y se queden mirando al techo, con ansiedad. De esas historias, que por más falsas parezcan, terminan por representarte y atraparte, te llevan dentro de su núcleo. Y te acogen tan dentro de ellas que no puedes salir. Y cuando te das cuenta; eres parte de la leyenda.