Johan Andersen es uno de los agentes de la División Especial, una sección de la policía dedicada a resolver crímenes relacionados con la actividad paranormal, algo que se torna especialmente peligroso en la ciudad con mayor tasa de crímenes violentos del país. Angelique Black es una chiquilla de apariencia angelical que se mueve por los bajos fondos haciendo uso de unos dones particulares. La muchacha, tras su sonrisa dulce, oculta un origen oscuro y una naturaleza sobrehumana. Andersen y Black mantienen una relación extraña que les ha unido durante años, por eso cuando él comienza a trabajar en el caso de Cecilia Summers, la hija del alcalde que acaba de aparecer mutilada en su propia casa, no duda en pedir ayuda. Poco a poco ambos descubrirán que la muerte de Cecilia no es nada más que una de las piezas de un mecanismo que se puso en marcha años atrás y que podría llegar a culminar con la destrucción de la ciudad entera. Con el tiempo en su contra y mil pistas que podrían no llevar a nada, Angie y Johan se ponen en marcha sin saber si serán capaces de enfrentarse y vencer a lo que les espera al otro lado.