Nick se ha vuelto adicto a Erebos: un videojuego que ha pasado de mano en mano en su escuela. Las reglas son extraordinariamente rígidas: el jugador siempre debe estar a solas y no hablar con nadie sobre el tema; el que contravenga o no cumpla las reglas será expulsado y no podrá volver a jugar en Erebos nunca más. Lo más extraño es que el juego encarga encomiendas que no deben realizarse en el mundo virtual, sino en el mundo real. Ficción y realidad se entremezclan de manera desconcertante. Hasta que Erebos le ordena a Nick algo inesperado...