Mucha gente suele lidiar con su vida a través de diversas cosas: música, comida, helado, letras, etc. Pero todo radica en las excepciones, porque no todos son así. Por lo menos no Brissa y Vincent. Brissa Burkhart, una morena de 24 casi 25 años no ha tenido lo que puede decirse una vida muy estable. Toda su vida solo han sido ella y su padre, quien le ha brindado las mayores alegrías de su vida. La mayoría de las personas se sorprenden de su físico, -ya que el prototipo que se tiene de las alemanas es de una rubia pálida de ojos azules.- con una gran melena rizada, sus ojos marrones, su altura y piel morena, rompe estereotipos y llama la atención a donde va. Amante de los retos, decide emprenderse en el más grande, vivir sola. No más princesa de papá. Vincent Zimmermann por el contrario, ha tenido una vida bastante simple y según lo que dicta la sociedad "normal". A sus 26 años ha demostrado talento en diversas áreas de la música, siempre apoyado de sus padres y su inseparable novia de la secundaria. O al menos inseparable hasta que él se cansó de los diversos desplantes de ella, pero no solo se cansó de eso. Decidió dar un cambio a su vida, no más joven tierno, no más chico de una sola, no más niño de papi y mami. Aunque Brissa y Vincent son casi completamente diferentes, son mejores amigos. Desde muy pequeños sus juegos iban de un partido de fútbol, hasta la hora del té. Donde robaban un poco del café de sus padres y lo tomaban mientras imitaban las conversaciones sosas de los adultos. Y sin que lo notaran dieron paso a un ritual, un café cada día para lidiar con lo que vivían, juntos. Pero, ¿Qué pasa cuando es más que un café? Obra registrada en Safe Creative bajo el código: 1611039743241Todos los derechos reservados
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