En la casa de Marcos todo está de cabeza. Nada de lo que encierra su presente es algo que él hubiera imaginado cuando era chico. Su mamá no puede con todo, y él no puede con nada. Ojalá toda la magia con la que creció fuera real, pero no lo es, y ahora, le toca remarla solo.
Un hijo preso y otro drogadicto, no son un orgullo para ninguna madre, por lo que su madre apuesta su fe en Marcos, su tercer hijo. Ella lo espera, siempre lo espera, lo espera incluso cuando él sale de su casa enojada y frustrado. Marcos, se va cada vez que se frustra se va. Se va y no vuelve, y cuando vuelve, no quiere que lo miren a los ojos;>> porque quizás, puedan notar lo rojo que los tiene.
'Marcos fuma porro y se ríe. Se siente bien. No tiene un hermano preso ni una madre golpeada. Sólo está él, y él, no puede hacerse daño, o sí, pero quizá...ya sea demasiado tarde. "¡Perdón mamá!"
Me metí en este juego de alto riesgo por una sola razón: salvar a mi hermano de una deuda que lo estaba consumiendo. Pero nada podía prepararme para lo que encontré al entrar en este mundo de apuestas y secretos. Mi hermano estaba allí, pero no estaba solo. Y entonces, mi corazón se detuvo al ver una cara que creía haber olvidado para siempre... la de mi ex pareja.
iniciada
4/01/25.