La vida de Elizabeth Laureani estaba arreglada. Ella creció creyendo que el mundo era bueno, todos creceríamos así, si nuestro mundo solo representaba la familia y las buenas relaciones sociales. Toca fondo cuando su padre el aristócrata Italiano y Científico estadunidense Francisco Laureani y su madre la Cantautora, compositora y actriz Española Mireya Alburquerque mueren en un accidente aéreo. Su único hermano de sangre Henry Laureani no puede hacer nada, el muchacho no tiene la tutela de su pequeña hermana (ni tan pequeña, 14 años), un año más y tendrá la edad suficiente para casarse o eso considera su abuelo español el duque Renato Alburquerque. Afortunadamente este tampoco tiene la tutela de la niña si se le puede seguir llamando niña. La muchachita Italiana es ahijada de la hermana mayor de su madre, la socialite, Valentina Alburquerque y su reconocido esposo el político, aristócrata y embajador del gobierno Ingles en los estados unidos Walter Tawshend. Ella conoce de las relaciones sociales y políticas que se trata entre gobiernos y familias. Sus padres le enseñaron bien. El problema está en que con lo sucedido a sus padres, su corazón está lleno y vacío al mismo tiempo, o eso siente ella. Ahora no está dispuesta a seguir las normas de la sociedad. Aunque por amor, uno hace lo que no creería posible hacer.
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