Hay hechos que te cambian la vida para siempre. Hechos que no pueden revertirse. Pero hay veces que puedes envolver tu vida alrededor de esos hechos y aprender a vivir con ellos. Ese es el caso de Emmett Gates. Todo comenzó cuando un día, de pronto, apareció una mujer en la puerta de su casa, con una bebé en brazos y asegurando que era su hija.
Y claro, luego de varias pruebas, se verificó que era cierto. Entonces, su vida cambió completamente. En un inicio estaba seguro de que se había arruinado la vida, sobre todo cuando la loca mujer decidió dejar a la pequeña y no regresar más. Pero no tardó en darse cuenta de lo mucho que amaba a esa pequeña criaturita que, cada día, lo hacía reír mucho más. Adaptó su vida a ella, pero había algo que nunca podría ser, sin importar lo mucho que le diera o lo bien que la cuidara: su madre. Y por eso mismo, necesitaba encontrar a una que lo fuera. Necesitaba encontrar a la correcta.
Lo hizo. Y luego se enamoró de ella.
Hay hechos que te cambian la vida, sí. Hechos que quizás no tengan nada que ver contigo, pero que terminan involucrándote tarde o temprano. Eso sucedió con Paige Collins. Su hermana mayor se enamoró de un millonario que, no lo pensó dos veces antes de abandonarla con una hija en camino. Trabajó y trabajó y dejó su sueño de estudiar fotografía, porque la familia siempre va primero y sin unos padres que las pudieras apoyar, era lo que había que hacer.
Una oferta de trabajo que podría arreglarle la vida entera, pero que supone un enorme riesgo y sacrificio de su parte. Eso fue lo que logró meterla en un mundo del que, extrañamente, nunca quería salir. Después de todo, una dulce bebe de ojos azules y su increíblemente guapo padre no son fáciles de resistir.