Supongo que esta no es la historia típica. No podría decirse que se trata de un relato con momentos felices. Si bien era cierto que lo amaba, no me sentía correspondida. Su indiferencia más de una vez me hizo cuestionarme si de verdad me quería o no. Soportar sus maltratos no era cosa fácil, aguantar sus ofensas pudo quizá haber sido el peor daño que podía causarme a mí misma, pero mucho peor aún, era pretender creer que él algún día cambiaría. -¿Aceptas ser mi chica? -Recordé esas dulces palabras que hoy por hoy solo me sabían a hiel. -Sí. -Y entonces, todo comenzó.All Rights Reserved