Al comenzar el día, como cualquier otro en la vida de Pablo, el abrió los ojos y pensó que ese día sería especial, diferente a cualquier otro. Como no, era su cumpleaños número 18 y se preparaba para salir del colegio y comenzar su carrera universitaria. Se levantó de la cama con el pie derecho y se dijo que ese día nunca lo olvidaría, al salir de su habitación, lo primero que tomo fue una playera vieja que le gustaba mucho, fue a la cocina, abrió la nevera y saco huevos, leche y tocino. Quiso prepararse su propio desayuno, al intentarlo se rego la leche, pero por primera vez en su vida supo hacer unos deliciosos huevos con tocino.