En los pasillos podían escucharse los mismos gritos de siempre, la voz del profesor de Biología tratando de calmar a unos alumnos que ya poco les importa obedecer aunque saben que el siguiente año volverán a verlos, las niñas que platicaban absurdamente de que actor era más guapo y las miles de cosas que harían el año que viene, el movimiento constante de mesas y las risas lejanas tan solo podían significar una cosa, el grupo E tenía la clase libre.