Para Adán, Oliver Conti siempre ha sido el ideal de pianista; lleno de talento, con la capacidad de conmover a cualquier persona que lo escucha tocar, uno de los mejores de su generación. Lo que Adán no espera es que Oliver fuera además odioso, maleducado y pueril. Y lo que espera aún menos es tener que trabajar juntos en un proyecto justo cuando Adán había tomado la decisión de destruir la carrera de Oliver.