La primera vez que Killian sintió una atracción por la sangre fue cuando la hija de su vecina cortó por accidente su dedo con la guillotina de su madre. Killian no supo de aquello hasta que escuchó un grito desgarrador que no sólo lo alarmó a él, si no que a todos sus vecinos. El rojo vivo de su sangre escurriendo de aquella delicada mano lo hizo excitarse de cierto modo, sentía la necesidad de quedarse viéndola por más tiempo. Ese mismo día luego de haber visto como se llevaban a Isabel al hospital, corrió en busca de un cuchillo que solía ocupar en la cocina y lo paso por su mano, lentamente sintiendo como su tensa piel se separaba dejando pasar un líquido rojo que acompañaba a un fuerte ardor que sintió, sin embargo algo más fuerte lo detuvo, ¿por qué su sangre no era tan roja como la de Isabel? Cada día aguardaba atento por ver si una persona cortaba alguna parte de su cuerpo, necesitaba volver a sentir aquella excitación pero nadie tenía aquello y eso lo frustraba. Es como cuando te drogas por primera vez, es indescriptible pero luego pierdes aquello y buscas drogas más fuertes para volver a sentirte como la primera vez, sin embargo el problema aquí era que para Killiansu droga sería la muerte de personas.