
Pensé que me había alejado para siempre de esa tortura. Quería volver a mi mundo de chica aplicada, responsable y adicta a los libros. Pero, aunque pusiera toda mi voluntad, había algo que no me permitía cambiar de página, ni arrancarla, tampoco cerrar el libro. Era una historia que levaba recién 100 páginas y, posiblemente, quedaban al menos otras 300 más. El amor me atormentaba desde el principio.All Rights Reserved